noviembre 08, 2014

Historia de amor del Conejo y el Chancho

Lo invitó una tarde
a correr por su jardín,
colmado de margaritas.
Con paciencia china
lamió su lomo,
sacando brillos de su pupila gris.
Nadó con él en su laguna tibia,
viendo empaparse su belleza inmortal.
Cortó su collar de perlas (¡pobre iluso!)
las esparció en el pasto verde,
y cantó mil y una siestas
hasta hacerlo dormir.
Al calor de su piel impenetrable
soñó praderas fértiles,
túneles sin tiempo,
almohadones de seda
y una guitarra azul...
Despertó en la noche helada.
Solo.


Poema: Seis Soles

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